viernes, 18 de febrero de 2011

El regalo del ángel

Poco tiempo queda para nuestra nueva aventura africana. Cierto es que no importa sólo el viaje y la experiencia concreta pero no es menos cierto que la sensación de paz que te invade cuando te desplazas a empezar una nueva aventura es en si misma una experiencia sin igual. A eso vamos a realizar una nueva aventura. Cada gota de nuestro oceano ha contribuido para lo que en realidad ya es un hecho. Sólo queda descargar los containers desplazados a Yaundé y llenar cada espacio del nuevo hospital de la capital de Camerún de millones de sonrisas llenas de ilusión.

El otro día conocí a Sonia. Sonia es la enfermera del Hospital Clínico que desplazamos un mes a Camerún para preparar el terreno para que podamos empezar esta nueva andadura. Curiosamente no nos conocíamos, habíamos establecido nuestro encuentro siempre por vía online, siempre a través de terceras personas. Ella se desplazó sin más, con la idea de que  iba a tener una experiéncia personal fascinante y que de paso iba a ayudar a gestionar este nuevo proyecto. Con la modestia de quien simplemente con ayudar tiene suficiente intentaba quitar mérito a su actuación mientras Teo y yo intentábamos explicar lo importante de su estancia para que todo el devenir sea posible. Una persona más, cargada de un saco de ilusiones se cruzó en nuestro camino, de verdad creéis que ese encuentro fue casual?. Yo creo que no, ya nada será lo mismo y nosotros podemos ir algo más deprisa gracias a ella. Desde aquí te repito mi agradecimiento, no por nada, sólo por ser, por estar, por ayudar, aunque sé que no lo necesitas, te adjunto a este mundo de sonrisas compartidas.

Hemos de brindar también porque los proyectos de voluntariado de Martorell y Sant Esteve Sesrovires van cogiendo forma. Hablándolo en global podemos decir que Okume ya no sólo es una Fundación que desarrolla su actividad en zonas alejadas de nuestro continente, sino que ya es una realidad para nuestros vecinos y  podemos hacer una gran labor al lado de nuestros hogares, ayudando a nuestros ancianos. 

Nos conceden un local para que sea nuestra sede oficial en Martorell, nos piden que realicemos cursos de formación para voluntarios, nos acogen con cada una de nuestras ideas y las hacemos ideas de todos pues al final lo importante es sumar esfuerzos para lograr objetivos comunes. Hoy brindo también por ello.

Hace muchos años en el pueblo de Guerlé Seck, en Senegal, existía un anciano. Se murió hace cinco años. Ese anciano era el  señor con más edad de una zona de varios kilómetros a la redonda. Cuando estábamos en la fase de construcción del dispensario médico de aquel entonces, observé magia en medio de África. Decenas de niños se acercaban a la puerta del anciano, voluntariamente, sin que sus padres los acompañaran, sin ser invitados desde la nada. Se sentaban en forma de media luna alrededor de la puerta del anciano y le cantaban coralas, canciones tipicas del corán. Normalmente el anciano salía inmediatamente y esperaba que los niños acabaran su canción. De repente su voz se alzaba en medio de la oscuridad y de esa oscuridad se hacía luz. Era la historia del anciano, en capítulos diarios, explicando sus vivencias, sus epopeyas, sus ilusiones realizadas sus fustraciones jamás conseguidas. Durante exactamente los veinte minutos que duraba su relato, sólo existía silencio. Al final todos los niños se levantaban y decían... buenas noches maestro, que Alá le bendiga. El anciano esperaba que el último niño abandonara  el espectro de luz que dejaba divisar a unos ojos cansados y seguramente desgastados por las cataratas, nos miraba, inclinaba su cabeza, sonreía y se iba a dormir, cada noche durante muchas noches.

Cuantas cosas hay que aprender, cuantas cosas hay que transmitir.

En el último año de vida del anciano conocí a Mamegor, el que el otro día definí como el hombre más guapo de África. La verdad es que al principio pensé que era un pelín arrogante, consciente de su belleza y saber estar, pero poco a poco me permitió conocer más allá de su fachada, más allá de su propia imagen.

Mamegor hoy sufre, como sufrimos todos cuando alguien a quien queremos sufre una enfermedad posiblemente terminal y  para mayor desesperación no pudiendo  tener la oportunidad que la medicina brinda por la falta de recursos económicos propios de la zona en la que colaboramos.

El otro día escribí en el blog esta historia, referí la injusticia de no poder tener el mismo derecho que cualquier otra persona simplemente por nacer en un lugar determinado. Real, lógico, habitual,..., injusto.

Hoy por la mañana absorto en mi trabajo apareció un ángel en Castelldefels. Dejó un sobre a mi nombre. Abrí la carta, en ella tres cosas destacaban. Un chupachup, seiscientos noventa euros y una nota. La nota decía. He leído  el blog, Dile al Sr. Mame Gor que el ser humano debiera tener por lo menos una oportunidad. El resto ya se verá.

Sonreí. No estaba firmada, no sé quien fue, tampoco importa, pues de eso se trata, de ayudar si se puede, de dar oportunidades, del hoy, del aquí del por que sí.

Esta tarde hemos enviado el dinero a Senegal. He llamado a Mamegor. El hombre más guapo de África ha llorado, creo que podía sentir sus lágrimas.  Sólo queda desear suerte. Gracias Ángel.

Salud i Força

Jordi Seuba

3 comentarios:

  1. Hi ha gestos que cada cop donen més sentit a l'únic camí que ens queda.
    El que cadascu tria.
    Jo ja he triat el meu.
    Sense paraules....emoció...
    Gràcies àngel. Gràcies Jordi. Gràcies Okume.
    I sort per Mamegor!

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  2. Cada dia em sorprèn mes el que un bon cor pot arribar a fer sols per les conviccions i principis que te.Admiro moltíssim a les persones que saben donar sense esperar res a canvi.Crec que és això el que ens diferencia als uns dels altres,sense mesura ni afany de protagonisme.La vida es com una pedra preciosa sense polir, i que mica en mica la anem arrodonint al nostre gust, fins que al final la trobes tant bonica i meravellosa que vols compartir-la amb tothom.És d'aquesta manera com s'aconsegueix que les demés persones al veure la pedra preciosa, en vulguin si no una d'igual, el mes semblant possible. Doncs bé,Jordi, tu has polit amb tant de carinyo la teva pedra que ens has contagiat les ganes de tenir-ne una de molt semblant.Jo la meva ja l'estic polint, mica en mica, i es gràcies a gestos com aquest,el d'aquesta persona anònima i totalment altruista, el que fa que cada dia tingui mes clar quina forma i color vull que agafi la meva pedra.Gràcies en aquest àngel per donar en aquest esser humà aquesta oportunitat. Gràcies Jordi, per compartir-ho amb tots nosaltres.

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  3. Increíble, admirable, impresionante............

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Comentarios