Hoy amigos, ha sido un gran día... un día maravilloso de aquellos que vale la pena no perderse, de los que necesitan ser vividos.
Hoy ha sido el día HP, el día donde Okume ha recibido un nuevo premio, en este caso destinado al proyecto de Camerún, la abertura de un dispensario médico de primer nivel en Yaundé, donde el triángulo Okume, HP y Hospital Clínico cierran sus tres caras para llevar a cabo una nueva propuesta más allá de nuestros sueños, la abertura de un centro de salud gestionado por gente de la rama sanitaria de Yaundé y ayudado desde el Hospital Clínico bajo nuestra supervisión. Eso es el destino final, pero lo increíble ha sido la jornada en sí en la que todos hemos tenido la oportunidad de participar.
Cuando mi amigo Jose Santiso presentó el proyecto de Okume Camerún en su empresa, HP, y donde tuve la suerte de poder asistir junto con Teo y Sammy el día antes de mi viaje a Guinea Ecuatorial, ya íbamos cargados de energía positiva, cuando desplazándome a tierras africanas recibo la noticia que entre 18 proyectos de ilusión el nuestro ha sido el elegido, en parte gracias al esfuerzo y la ILUSIÓN de Jose (y de eso doy fe al estar presente) en el mismo aeropuerto donde estaba, salté de alegría ante la mirada atónita de todo el mundo allí presente, y hoy por fin, más de mil trescientas personas que se han encontrado en este evento solidario por excelencia, han podido participar de nuestra alegría y ver como Okume-Camerún es una realidad,..., la felicidad es completa, el día redondo, divertido, lleno de risas, compartiendo con la familia, con cada una de ellas, pues así la jornada lo requería, y sonriendo, e ilusionados y viendo como somos capaces de nuevo de ir generando ilusiones, conseguir realidades... gracias a todos haremos de este premio el orgullo de cada uno de los que en ello hemos depositado nuestras esperanzas para que la salud no sea un privilegio sino un derecho de cada persona, esté donde esté...
Este blog no estaría completo si no mencionara dos cosas más.
La primera es la innegable fuerza que Cristina nos transmite con su reportaje fotográfico que nos brinda del orfanato nepalí, como cada niño agradece su esfuerzo y ella, como nuestra avanzadilla, como nuestros ojos, como la depositaria de sus ilusiones que ya son nuestras ilusiones.
Ella una vez me dio las gracias, sepais que yo y en mi todo Okume le agradeceré esta nueva oportunidad, la de ayudar a gente muy pero que muy alejada, sin opciones a veces, pero siempre con sonrisas infinitas, de las que nos contagiamos, de las que los que formamos parte de la familia Okume en parte vivimos. Y porque ese orfanato y porque este proyecto... recordad que yo no creo en las casualidades, sólo sé que pondremos todo aquello que sabemos hacer, toda la ilusión inacabable de la que somos capaces, la misma ilusión de la que hoy me siento especialmente orgulloso para seguir con nuestra labor... la de sumar sonrisas.
Por último, un apunte que los que me conoceis sabeis que me habrá hecho especial ilusión... el mismo día que llegué de Guinea con la escuela abierta, Madame Songo, amiga y cooperante presidenta de la contraparte local de nuestra fuerza en Burkina Fasso a la que visité hace diez meses, se desplaza a Barcelona, a Castelldefels, pagando un billete de avión vía Casablanca para entregarme los terrenos y los papeles de la cooperativa que llevará a cabo el proyecto Okume en Burkina Fasso (la ambulancia móbil y el futuro centro de salud).
Más allá del proyecto, me fascina la ilusión contagiada, la que hace que una persona con recursos limitados haga un viaje relámpago de tres días para hacerme partícipe de sus ilusiones, la de empezar por fin una nueva tarea, un nuevo camino.
No sé, a veces creo que no sé nada. Sólo me fascina el género humano, capaz de cosas horribles y a la vez de hazañas maravillosas, donde aunque parezca increíble,.., todo parece ser posible...
Gracias a todos
Salut i força
Jordi Seuba
